viernes, 9 de abril de 2010

Las mujeres y yo.

Me despierto en una habitación
que no es la mía,
estoy desnudo y acompañado.

A mi lado hay una chica,
duerme, es jóven y guapa,
demasiado atractiva para mí.

Me levanto y me ducho,
vuelvo desnudo y en la habitación
ya no hay nadie.

No consigo recordar nada
de la noche anterior,
aunque no necesito mucho,
para imaginar que sucedió:

Chico conoce chica, o mejor,
monstruo invita a chica a un trago,
después de la primera copa
viene la segunda y la tercera,

y así sucesivamente.

Chico, o mejor dicho, monstruo,
quiere acostarse con chica,
pero no recuerda el camino a casa,
así que paga una habitación
en el primer hostal con el que se cruza.

A ella solo le interesa
la bebida que él lleva consigo
y los billetes que guarda en la chaqueta.

Llegan a la habitación,
un tugurio cualquiera,
más alcohol, mas humo,
mas insultos y mas sexo.

Fin de la historia, es así de fácil.

Me asomo a la ventana,
observo a la gente
y me fijo especialmente
en las mujeres.

Imagino como les hago el amor
a cada una de ellas, imagino
el comportamiento en la cama
de cada una de las que pasan.

Hago esto como entretenimiento,

No soy un vicioso, no soy un enfermo,
no tengo ningún problema con las mujeres.

Tengo problemas sin ellas.

7 comentarios:

Miguel Baquero dijo...

Hola, encantado de pasar por aquí. El final te ha quedado clavado, buenisimo; esa frase es antológica.

Canet dijo...

Bukowskiano con una severa ficción con sabor a Murakami. Soberbio Jesse.
Yo si que soy un enfermo y quizá este algo beodo ahora mismo- tempranas horas- y los problemas los tengo cuando ellas están realmente cerca.

Un saludo J.

Café con Agua dijo...

No conozco mejor enfermedad que la del sexo enfermizo... Me gustó tu relato!

Anónimo dijo...

Vaya, ¡a mi me pasa lo mismo pero con los hombres! Bueno, para ser más exactos tengo problemas sin ellos y con ellos también.

Jesse Custer dijo...

jajaja, supongo que la reacción es la misma con los hombres si se trata de una mujer la protagonista de la historia! En realidad todos tenemos problemas, tanto con unos como sin ellos... ¿verdad?.

Sara Sáez dijo...

Es de habitación con desconchones, botellas medio vacías, techos grises por el humo, visillos trasparentes y ventanas que no se abren. No tiene problemas con nadie, son los demás los que tienen problemas con el.

Felicidades. Me gusta tu página y ya sabes que las fotos también.

Jesse Custer dijo...

Has descrito perfectamente la habitación, Sara. Ya la estoy visualizando tal cual. Un saludo!