martes, 9 de diciembre de 2014

Confundido.


Sentado en el abismo, ese abismo de siempre, empecé a fantasear con ella, la suave brisa se mezcló con el olor de su piel y una vez más la fantasía se confundió con la realidad. Su pelo podía tocarlo alborotado por el viento, sus ojos podía verlos confundidos dentro de los míos, su piel podía olerla tan dulce y tan delicada, sus labios podía sentirlos tan húmedos y tiernos. Una vez más me pregunté si era un sueño o estaba ocurriendo de verdad. A veces estaba convencido de la realidad. A veces estaba convencido del sueño. Otras veces, simplemente confundido.

© La palabra de Jesse Custer 2014

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